Mareos y otros síntomas al dejar el café

¿Sabías que si antes tomabas mucho café y lo dejas de golpe puedes sufrir síndrome de abstinencia? Sí, has leído bien, puede que sientas síntomas compatibles con él porque la cafeína puede crear dependencia en el cuerpo. Claro está que hablamos de cuando tomamos grandes cantidades, no si te tomas uno al día. 

Ya hemos comentado en artículos anteriores lo que la cafeína provoca en nuestro organismo. Es un estimulante que nos hace estar más despiertos y con la atención más elevada, algo que no siempre es bueno porque acostumbramos al cuerpo a despertarse con cafeína y a mantener un estado de alerta continuo. Esto pasa cuando ingerimos grandes cantidades de café, y puede llegar a alterar, entre otras cosas, el sueño.

Esta dependencia de la cafeína para activarnos, mantenernos más concentrados o en mejor estado de alerta, hace que cuando intentemos dejarla nuestro cuerpo note el cambio de golpe y lo acuse. Es lo que llamamos síndrome de abstinencia. Hemos dejado de depender de algo que “necesitábamos” sin acostumbrarnos de manera paulatina a ello. 

En este artículo vamos a hablarte algunos síntomas que puedes sentir al dejar de tomar cafeína y cómo puedes hacer una transición correcta para dejar el café, aunque esto, de manera más extensa, te lo comentamos en este artículo.

Posibles síntomas al dejar de tomar café

Como hemos comentado más arriba, la cafeína provoca cierto grado de adicción y al dejarla de golpe esto se notará. Estos son algunos de los síntomas que puedes notar al dejar de tomar café:

Dolor de cabeza

Puede empezar a aparecer porque la cafeína tiene efectos vasoconstrictores, lo que puede haber hecho que los dolores de cabeza que podías sufrir no aparecieran tantas veces. Este efecto desaparece al dejar el café, por lo que pueden volver

Mareos

Aparecen porque el cuerpo se ha acostumbrado a activarse con el estimulante del café, y esto hace que al no tenerlo tendamos a tener menos energía e incluso mareos. Además, esta falta de cafeína, como hemos mencionado antes, hará que los vasos del cuerpo se ensanchen y esto puede provocar descensos de la presión arterial, y por lo tanto mareos. 

Más sueño

Al dejar el café el cuerpo ha dejado de tomar su despertador, lo que le activaba y estimulaba. Esto hace que tengamos más sensación de sueño, cansancio y un letargo que hace que parezca que vayamos a cámara lenta.

Pérdida de energía

El cuerpo debe acostumbrarse a utilizar de nuevo sus reservas de energía, sin un estimulante que las supla. Al principio costará mucho y por eso el agotamiento y la falta de energía serán casi inevitables.

Insomnio

Aunque parezca extraño puede que sin la dosis de cafeína duermas peor. Esto pasará cuando se restablezca el equilibrio de los neurotransmisores en el cuerpo, pero para conciliar mejor el sueño es bueno poner en práctica rutinas antes de acostarse para desconectar y dormir mejor por la noche.

Falta de concentración

La cafeína aumentaba la concentración, es normal que cuando la dejamos nos cueste más que antes mantenerla. Esto se pasará con el tiempo y ayudando al cuerpo a establecer hábitos. 

Irritabilidad

Aparecerá cuando nos demos cuenta de que no nos concentramos de la misma manera, el cansancio también la aumenta y cuando nos sintamos mal por los síntomas que vayan apareciendo. 

Estreñimiento

Ya hemos mencionado que la cafeína es un estimulante, pero quizá lo que no sepas es que también estimula al intestino. Sin él, al principio te costará más ir al baño. 

Cómo mejorar estos síntomas

Para empezar lo que no debes hacer es dejar el café de golpe, sobre todo si eres de los que se toman unas cinco tazas diarias. Hay que ir poco a poco. Mejor cada semana una menos, o llena menos la cafetera de café, tómalo con leche o bebida vegetal, hazlos más pequeños o intercala el descafeinado. Todo para que la transición sea lenta y escalonada. 

Bebe mucho agua, porque mantener hidratado el cuerpo es muy importante pero también porque te ayudará a paliar algunos de los síntomas como los dolores de cabeza, los mareos o el estreñimiento. ¡Ah! Y estar hidratados es fundamental para una mejor concentración.