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Té Chifir
Una de las cosas que más me gusta estando detrás del mostrador, son las ocasiones que tienes de entablar conversación con los clientes más allá de la mera transacción de compra/venta.
En una de estas conversaciones, el cliente en cuestión me me esbozó una utilización del té que yo nunca había escuchado.
El té como un estupefaciente.
Y me dió un nombre que gracias a él, pude tirar del hilo e investigar en profundidad: Chifir.
Al principio pensaba que aunque lo llamaran té, se referían a otro tipo de planta con propiedades psicoactivas. Pero al poco de investigar, efectivamente era té (Camelia Sinensis) el ingrediente usado para evadirse de la realidad cual droga.
¿Cómo?¿Qué el té es una droga?
Calma, vamos a hacer un inciso. Si el té lo preparamos de la forma correcta, vamos a obtener teína (o cafeína). Pero si lo preparamos de una forma incorrecta, podemos hacer que salgan en nuestra taza nuevos compuestos orgánicos que lo pueden convertir en una bebida digamos.... no recomendable.
La guanina y la adenina.
No soy químico y no voy a entrar en detalles de estas sustancias, pero para que os hagáis una idea, la guanina está presente en los excrementos de los ácaros y aves. A estos excrementos se les llama guano, de ahí el nombre de guanina, supongo.
La adenina parece ser que procede de purinas y es un compuesto químico que proporciona energía a las células.
Por favor, si algún químic@ lee esto y nos quiere explicar más de estas sustancias y lo que producen en nuestro organismo, estamos abiertos a escuchar.
Bien, ahora os voy a pedir que nos trasladamos a mediados del siglo pasado, a la zona norte de Asia y la fría Siberia.
Parece ser que el opio era la droga más utilizada por la población, pero para las clases más bajas y pobres resultaba todo un lujo. Pero había un ingrediente muy común, que cultivaban no muy lejos y que preparado de una forma peculiar daba resultados similares.... El Té.
Las referencias al Chifir las he encontrado en el libro Chesheshepitsa "Ensayos sobre la moral carcelaria", escrito por V.A. Mayer.
En dicho libro se detallan costumbres de las cárceles del Gulag. El Gulag era un organismo que dirigía los campos de trabajos forzados entre 1930 y 1960 en la ya extinguida URSS.
En estos campos de trabajo se encarcelaban a los peores delincuentes de la sociedad, como asesinos y ladrones. También fueron usadas para hacer desaparecer a disidentes políticos.
En estas prisiones los presos eran poco o nada valorados y eran alimentados de manera muy deficiente. Para muchos de los prisioneros su fin era morir de frío, hambre o enfermedades. Su vida no valía nada.
Los presos aprendieron a preparar el té de tal forma que les hacía evadirse por unos minutos u horas de la realidad.
Los efectos de este brebaje parece que empiezan a notarse a los 15/20 minutos y pueden durar horas. Genera cambios en el estado mental, excitación, energía plena y expansión de la conciencia. Sus efectos son más parecidos a los de la marihuana que a los del alcohol.
La preparación es fundamental, y un Chifir mal preparado puede o no tener los efectos deseados o que provoque espasmos intestinales, taquicardias o dañar seriamente a personas débiles.
No he encontrado la receta con proporciones detalladas, y al parecer esta se realizaba por el método de prueba y error. Las cantidades y la forma de preparación podrían depender del tipo de té usado, que habitualmente era de muy poca calidad. Generalmente té negro fuerte e intenso, pero se podría preparar con té verde en mayor concentración.
La cantidad de té que he encontrado hace referencia a "añadir té en cantidad de una caja de cerillas".
Se menciona en el libro que el Chifir debe consumirse con el estómago completamente vacío. El Chifir y la comida parecen ser incompatibles y de mezclarse podría llevar a un estreñimiento crónico.
Mezclarlo con azúcar también parece ser peligroso ya que acelera la acción de las sustancias activas del té y provoca una fuerte aceleración del pulso, aumento de presión y fuertes dolores de cabeza.
En el libro se menciona que únicamente mezclaban el Chifir con té aquellos presos que deseaban la muerte.
Para elaborar Chifir se calienta agua en un cazo hasta punto de ebullición, inmediatamente se añaden las hojas de té negro y estas quedaran flotando en la superficie. Poco a poco se irán depositando en el fondo. Cuando las hojas han caído (aprox. 15 min), es el momento de volver a poner el cazo a calentar de nuevo hasta el punto de ebullición. Este recalentamiento se realiza por 2 o 3 veces, pero siempre sin que el té llegue a hervir.
Una vez pasado este tiempo, el Chifir está listo para servirlo en una taza metálica.
Es importante saber como tenían costumbre de tomarlo los presos, ya que nos puede hacer una idea de los efectos y el peligro de tomar en más cantidad.
Los presos se reunían en cuclillas en un círculo en torno al preso encargado de realizarlo. Cuando el Chifir lo servía en la taza, esta se la iban pasando de preso en preso y sólo se permitía dar 2 sorbos, excepto al jefe del barracón al que se le permitía dar 3 sorbos.
El sabor se puede definir como fuertemente amargo y agrio.
Evidentemente no recomiendo en absoluto que lo probéis. Pero si que conozcáis otros usos que se le ha dado al té a lo largo de los años.
Os dejamos un vídeo donde preparamos un té Chifir y lo probamos.
Félix Cisneros
Fundador de Café Té Arte en 2005, comparte sus conocimientos sobre tés, infusiones y cafés a través de sus blogs y redes sociales.
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cafetearte@cafetearte.es
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